¿De dónde vienen los bailantes, con sus atuendos, sus pasos de danza, sus gestos y sus frases? Ni máscaras ni zapateos, ni dejos o cadencias representan gentes y costumbres de hoy en día, y la mayor parte de los danzantes no tenemos, tampoco, una clara idea de las remotas razones por las que este pañuelo es de este color y esta máscara de tal aspecto. Esta nota trata de arrojar una luz tenue que los libros parroquiales muestran acerca de las personas reales que dieron origen a los «tucumanos», personajes de una fiesta popular de Jauja, antigua ciudad del centro del Perú.
El Tucumán
Hoy en día la provincia de Tucumán es la más pequeña de Argentina (y la más densamente poblada). El Tucumán colonial, en cambio, era una amplísima región que incluía todas las tierras que habían estado bajo la dominación incaica. La Gobernación del Tucumán —dependiente de la Audiencia de Charcas en el Virreinato del Perú— se extendía en lo que hoy son las provincias argentinas de Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja y Córdoba. En 1782, luego de haber pasado a la jurisdicción del Virreinato del Río de la Plata, la gobernación se dividió en las intendencias de San Miguel del Tucumán (incluyendo a Jujuy, Salta, San Miguel, Catamarca y Santiago del Estero) y de Córdoba del Tucumán (incluyendo a La Rioja, Córdoba, y Cuyo, que antes había sido parte de la capitanía de Chile).
De la región tucumana salían hacia el Perú caravanas de muleros, probablemente llevando algunas mercancías pero, sobre todo, mulas para vender. Las mulas que ellos traían eran muy apreciadas en el Perú, quizá porque las zonas más altas no eran tan propicias para su crianza. Estos muleros itinerantes eran probablemente un acontecimiento periódico en los lugares por donde pasaban, y no requiere mucha imaginación el pensar que la gente los esperaba con una mezcla de curiosidad y expectativa.
Además de sus huellas en los caminos, los tucumanos también han dejado su presencia en algunas fiestas del Perú: hoy en día, hay varios lugares donde celebraciones locales incluyen personajes del Tucumán: por ejemplo, la danza de los arrieros, patroncitos o tucumanes en el distrito de Matalaque, en la sierra de Moquegua, no lejos del volcán Ubinas; o la danza de los mulamulas o tucumanos, en el distrito de Paucarcolla, muy cerca de la ciudad de Puno. Tanto los Tucumanes como los Mulamulas son danzas coreografiadas, de contenido satírico.
En la Tunantada
En las fiestas de la tunantada en la provincia de Jauja, el tucumano es uno de los personajes característicos de la danza. A partir del 20 de enero, y por cinco días más, aparecen en las calles de Jauja los peculiares y enmascarados bailantes de la tunantada, que mantienen la tradición cambiante de representar a personajes de diversos periodos de la sociedad y de la historia del Valle de Jauja, hoy conocido como el Valle del Mantaro.
Cada cuadrilla de tunantes tiene, entre sus personajes, a uno o dos tucumanos, que representan a los arrieros que llegaban al Perú desde el Tucumán. El atuendo de estos danzantes consiste hoy en poncho negro de jebe o, ahora, hule, botas de cuero con espuelas de estrella, pantalón de montar, un lazo al hombro y un látigo en la mano, sombrero de ala ancha, máscara de malla, y pañuelo de color entero, más comúnmente rojo o azul. La danza del tucumano de la tunantada es enérgica e inconfundible; en la plaza del distrito jaujino de Yauyos —donde ahora se celebra la gran fiesta del 20 de enero— las cuadrillas de danzantes, rodeadas de gente, muestran sus pasos; en su danza, el tucumano tiene una tarea adicional: abrir paso para la cuadrilla, bailando entre ésta y el público. Muestra su látigo y lanza advertencias para que los espectadores no se agolpen demasiado.
En Jauja
A fines del siglo XVIII
Los libros parroquiales, dentro de la abundante información que hay en los registros de nacimientos, muertes y matrimonios, permiten también atisbar elementos de la vida y de la historia de los pueblos y ciudades hace dos, tres o más siglos. En los libros de la doctrina de Santa Fe de Atun Jauja (que conserva volúmenes que se remontan al año 1757), los verdaderos tucumanos también dejaron sus huellas, como se ve en los casos que se ha podido encontrar en los libros parroquiales disponibles por Internet.
En un periodo de dos semanas entre julio y agosto de 1790, hay tres bautismos apadrinados por tres diferentes forasteros, muy probablemente arrieros.
- 23 de julio: Francisco Vásquez, forastero del Tucumán, padrino de bautismo de la niña María Espíritu, de un mes y quince días, hija legítima de Manuel Sobero y de Lucía Robles, mestizos de Jauja. (en el registro aparece como «Basquez», del «Tocuman»; en este artículo se usa la ortografía actualizada para facilitar la lectura)
- 2 de agosto: Clemente León, forastero del Tucumán, padrino de bautismo de Toribio, de un año, hijo legítimo de José Cristóbal y de María Marcela, indios de Pichos.
- 6 de agosto: Santiago León Palomino, forastero del Tucumán, padrino de María Marcela, de seis meses, hija legítima de Francisco Jumpa y de María Cayetana, indios de Yacus.
Estos tres registros de bautismo no muestran ninguna deferencia especial hacia los padrinos tucumanos, ni tampoco indican si ellos eran mestizos o indios, mulatos, criollos o españoles.
Un mes más tarde, aparece en ese libro otro padrino tucumano:
- 7 de septiembre de 1790: Don Antonio Acuña, español forastero del Tucumán, padrino de bautismo de Bernardo, niño español de quince días, hijo legítimo de Francisco Orihuela y de Simona Falcón, españoles de Jauja.
Nótese que en este caso se utiliza "Don", término que se usaba para gente de cierta importancia. Igualmente, se subraya que el padrino es «español», igual que el niño y sus padres. (El término «español» no implicaba entonces que la persona haya nacido en España; para estos casos, se solían utilizar términos más específicos, por ejemplo «español europeo», o «natural de los reinos de España». En general, los términos que indican «raza», no eran universales, y parecen haber dependido de la idiosincrasia de los curas o de los amanuenses.) Si este tucumano «español» Acuña se dedicaba al arrieraje, probablemente haya sido una suerte de empresario del comercio de mulas, que fue un negocio muy rentable e importante hasta el advenimiento del ferrocarril.
En los libros de bautismos de la doctrina de Santa Fe de Atun Jauja, faltan los registros desde 1791 hasta 1796 (el volumen correspondiente a ese periodo no está en Internet). Pero hay un tucumano que aparece en el libro de entierros del año 1795, como sigue:
(Fuente: familysearch.org)
Santiago Leon |
En treinta de Enero de mil setecientos noventa y sinco años Yo el infraescripto cura propio y vicario de esta Doctrina Di sepultura eclesiastica al cuerpo difunto de Santiago Leon de edad de quarenta años al parecer Casado forastero del Tucuman de Salta quien murio con todos los santos sacramentos como catolico y fiel cristiano. Vicente Rubio de Celes |
Es muy probable que se trate del mismo arriero tucumano que fue padrino de bautismo de María Marcela Jumpa en agosto de 1790. Esta vez se quedó para siempre en Jauja.
Los viajeros del Tucumán se relacionaban también con habitantes de otros pueblos aledaños. Por ejemplo, en una partida de bautismo más antigua en los libros de la vecina doctrina de Nuestra Señora de la Natividad de Apata, a unos 18 kilómetros al sur de Jauja:
- 25 de octubre de 1763: Tomás Francisco de la Roca, natural del Tucumán, fue padrino de bautismo de Úrsula, de tres días de nacida, hija natural de [ilegible] Mucha y de Antonio Castañeda, mestizos.
Siglo XIX
Entre 1809 y 1810 hay también menciones de gente del Tucumán.
- 7 de junio de 1809: Don Ángel López, natural del Tucumán, fue padrino de José Gamarra, mestizo de un año, hijo natural de Rosario Gamarra y de padre no conocido.
- 4 de junio de 1810: Don Francisco Araos [¿Aráoz?], natural de Salta, fue padrino de Francisco Caracciolo, niño español de dos días, hijo legítimo de don Juan Landa y de doña Josefa Marticorena. (En la partida de Agustín, hermano mayor de Francisco Caracciolo, se estipula que Juan Landa es europeo y Administrador de Correos, y Josefa Marticorena es española de Jauja. Una nota personal adicional: Francisco Caracciolo Landa Marticorena fue abuelo de Esther Martínez Landa, abuela a su vez de quien esto escribe.)
- 15 de julio de 1810: Casimiro Contreras, natural de Salta, fue padrino de María Josefa, niña india de tres meses, hija de Nolberto Mucha y de Simona Mayta, del Tambo.
- 17 de julio de 1810: Don Gregorio Torres, natural de Salta, fue padrino de Manuela Castro de un mes, hija natural de Francisca Castro y de padre no conocido.
- 20 de julio de 1810: Pedro Chocar [¿Chocán?], natural de Salta, fue padrino de Valerio, mestizo de dos meses, hijo de Manuel Sobero y de Isabel Palacios.
- 29 de julio de 1810: Don Fructuoso Martínez, natural de Salta, fue padrino de Manuel, mestizo de un mes, hijo de José Salas y de Celestina Pérez.
- 1 de agosto de 1810: Don Fructuoso Martínez, natural de Salta, fue padrino de Silberia [sic], española de un año, hija de don Francisco Montero y de doña María Arredondo.
No se ha encontrado otras menciones de gente del Tucumán en años posteriores, ya sea porque los curas o amanuenses no anotaban esa información para padrinos, o porque simplemente se interrumpieron las llegadas de arrieros durante la época de la independencia, pues mulas y caballos, e incluso los propios arrieros, estaban dedicados a la guerra.
En todo caso, estas pocas menciones de tucumanos en los libros parroquiales de Jauja, se deben más a la casualidad de haber tenido curas o amanuenses que decidieron indicar el origen de algunos padrinos. Normalmente, sólo se anotaba el lugar de origen de los titulares de cada partida (fallecidos, contrayentes, y progenitores de los bautizados), y es muy infrecuente que se incluya el origen de padrinos o testigos. En otras palabras, es más que probable que muchos más tucumanos hayan venido a Jauja con frecuencia probablemente anual.
El comercio de mulas
Los registros bautismales de 1790, 1809 y 1810 mencionados líneas arriba se agrupan casi todos entre junio y principios de agosto. Estas pocas observaciones no permiten inferir que los muleros tucumanos hayan siempre llegado a Jauja en esos meses, pero es muy probable que así haya sido, teniendo en cuenta informaciones de otros lugares por los que estos arrieros pasaban en su ruta desde la gobernación de Tucumán hasta el centro del Perú.
Hay múltiples referencias a la importancia de este comercio de mulas. La fuente más citada es El lazarillo de ciegos caminantes (1773) cuyo largo título incluye la muy específica frase «con algunas noticias utiles á los nuevos comerciantes que tratan en mulas». Concolorcorvo (el seudónimo con el que se publicó el Lazarillo en 1773) incluye mucha información acerca de la crianza, el amansamiento y el comercio de mulas.
En cuanto a la magnitud de este comercio, los números que citan estas fuentes son difíciles de imaginar hoy en día: Ricardo Cappa (1890) —siguiendo al Lazarillo— menciona 60,000 animales cada año, que es una cantidad aparentemente muy grande, pero deja de serlo si se tiene en cuenta que cada repartimiento a lo largo de la ruta se reservaba uno o dos mil animales, y que además tenían que suplir las necesidades de la minería colonial y republicana.
El principal objetivo del viaje del Tucumán hasta el centro del Perú era la venta de mulas, que se realizaba en unas ferias muy grandes a lo largo de la ruta. De regreso al Tucumán, los arrieros que habían llegado hasta el centro del Perú solían pasar por Huancavelica para llevar azogue (mercurio) para trabajar la plata del Cerro Rico de Potosí.
Cronología y organización
El circuito de ida y vuelta desde Salta del Tucumán al centro del Perú parece haber durado por lo menos diez meses.
La feria de origen era la del valle de Lerma, muy cerca de la misma ciudad de Salta. Concolorcorvo escribe:
«la gran feria que se abre por el mes de Febrero y dura hasta todo Marzo, y esta es la asamblea mayor de mulas que hay en todo el mundo, porque en el valle de Lerma, pegado a la ciudad se juntan en número de sesenta mil y más de cuatro mil caballos»
De Salta salían las tropas hacia el norte, para vender las mulas en ferias, a las que llamaban tabladas, que se llevaban a cabo en terrenos llanos cercanos a pastizales, y en fechas pre-establecidas que se acomodaban a las condiciones del terreno y a la disponibilidad de pastos. Concolorcorvo menciona, sin dar muchos detalles, a la de Oruro como la primera tablada; la segunda era la de Coporaque («Coporaca» en el Lazarillo), cerca al Cusco, y la tercera y última era la de Tucle, entre Huancavelica y Jauja, en terrenos de la hacienda Tucle.
O'Phelan (1986) deduce que la tablada de Coporaque se habría llevado a cabo en el mes de abril, basándose en documentos del guarda mayor de la Aduana del Cuzco correspondientes a 1780.
Adicionalmente a esas tabladas, Urrutia (2019) menciona la feria de Paucarcolla:
«Paucarcolla, además de ser cabecera de un corregimiento del cual dependía la parroquia de Vilque, era el lugar, como dijimos, donde se realizaba a fines del siglo XVIII la feria de mulas más importante del altiplano; pero también fue un lugar importante durante el levantamiento de Túpac Amaru. Luego de este suceso, según parece, la feria se trasladó a la cercana localidad de Vilque»
Markham, en comisión del gobierno colonial inglés para sacar del Perú semillas de los entonces valiosísimos árboles de quina, pasó por la feria anual de Vilque el 22 de mayo de 1860, describiéndola como una feria verdaderamente internacional, con compradores de muchos lugares de América del Sur y puestos de mercancías de lo más diversas, desde productos locales hasta telas y cristales europeos, modas francesas, chocolate de Bolivia, y metales preciosos. En las afueras del pueblo, miles de mulas del Tucumán estaban a la venta.
Por ahora, no tenemos información acerca de las fechas de la feria de Tucle, pero se menciona que era la última tablada del circuito (probablemente en la gran pampa de Huacolpuquio, en el distrito de Huasicancha, provincia de Huancayo).
Tschudi, en 1840, subraya que el comercio de mulas se había restablecido luego de estar prácticamente paralizado durante las guerras de la independencia y los subsecuentes conflictos civiles.
Organización
Las mulas eran propiedad de grandes empresarios comerciantes, que las traían al Tucumán como animales jóvenes que habían nacido en las pampas de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y zonas similares, para que pasen la «invernada» en el Tucumán. Enormes manadas de mulas eran arreadas cada año.
Concolorcorvo detalla la organización de las tropas de mulas que salían del Tucumán hacia el Perú. Menciona que «Cada tropa de mulas que sale de Salta se compone de 1700 a 1800». Ulloa (1792) habla de tropas de 2000 a 3000 mulas. Los empresarios propietarios contrataban arrieros de varias categorías. En el Lazarillo:
«En cada tropa de Salta al Perú sólo van diez y seis hombres, incluso el ayudante y capataz. Este gana hasta Oruro, 300 pesos; hasta el Cuzco o tablada de Coporaca, 500; y hasta Jauja o tablada de Tucle, 850 pesos. El ayudante hasta la primera estación, 160 o 170; por la segunda, 225; y por la tercera, 360; diez pesos más o menos. Los peones 65 pesos, 120 y 175, hasta la última tablada de Tucle […]. El dueño permite introducir en la tropa de 20 a 30 mulas al capataz, de 10 a 12 al ayudante y de 2 a 4 para cada peón, que se consideran para su regreso».
Capataz, ayudante, peón… Los tucumanos que llegaban hasta el valle de Jauja eran, pues, de diversos grupos. Nótese que, además de las mulas para venta pertenecientes a los comerciantes tucumanos, los arrieros viajaban también con algunas mulas propias, probablemente usadas para traer algunas mercancías y para llevar otras en el viaje de regreso.
Cierre
Francisco Vásquez, Clemente León, Antonio Acuña, Santiago León Palomino estuvieron en Jauja en 1790. Habrían salido del Tucumán, cuatro o cinco meses antes. Habrían andado por pampas enormes, soportado noches frías, soñado con la mujer y los changos que habrían dejado en el Tucumán, o con la que le esperaba a orillas del río grande de Jauja. Se habrían contado historias: los más jóvenes escuchando a los baqueanos sobre lo que les esperaba en Huancavelica, en Jauja, en el Cerro de Pasco. Los capataces, guardando sus distancias con los peones; los ayudantes llevando la cuenta de las mulas muertas y perdidas, los peones hablando en quechua o en castellano. El salteño Santiago León Palomino volvió cuatro años después, y cayó enfermo y tuvo que quedarse en Jauja, donde murió —«de edad de cuarenta años, al parecer»— el 30 de enero de 1795.
Don Francisco Aráoz, también de Salta, tenía en junio de 1810 amistad con el europeo don Juan Landa, administrador de correos de Jauja y, como tal, siempre interesado en mulas para el transporte de la correspondencia. Casimiro Contreras y Pedro Chocán también apadrinaron a niños jaujinos, indios y mestizos. A fines de julio, don Fructuoso Martínez, probablemente capataz o quizás empresario mulero, apadrina a un niño mestizo y a una niña española.
En 1810, la guerra independentista ya afectaba al norte argentino. Jujuy, paso obligado para los muleros tucumanos que hacían la ruta del Perú, ya era parte de la guerra, y arrieros y arrias eran requeridos, de grado o fuerza, para apoyar a los ejércitos. (Conti y Sica, 2011). Probablemente no regresarían por muchos años. Pero regresaron.
¿Cuántos descendientes habrán dejado los tucumanos indios, mestizos, mulatos, cholos y españoles, entre los indios, mestizos, cholos y españoles de Jauja? No hay forma de saberlo.
Pero sí se puede ver, cada año, la profunda huella de estos viajeros de mil leguas en Jauja: son los tucumanos danzantes de la tunantada.
Domingo Martínez Castilla
Septiembre, 2023
References
- Cappa, R. (1890). Estudios críticos acerca de la dominación española en América. Parte tercera. Industria agrícola-pecuaria llevada á América por los españoles. G. del Amo, Madrid.
- Carrió de la Vandera, A. (1773). El Lazarillo de Ciegos Caminantes, desde Buenos-Ayres, hasta Lima, con sus itinerarios segun la mas puntual observacion, con algunas noticias utiles á los nuevos comerciantes que tratan en mulas; y otras historicas. Sacado de las memorias que hizo A. Carriò de la Vandera ... Por Don Calixto Bustamante Carlos, etc. (Google Books)
- Conti, V. E., & Sica, G. (2011). «Arrieros andinos de la colonia a la independencia.» Nuevo Mundo Mundos Nuevos. Nouveaux mondes mondes nouveaux - Novo Mundo Mundos Novos - New world New worlds. https://doi.org/10.4000/nuevomundo.60560
- Markham, C. R. (2017). Travels in Peru and India While Superintending the Collection of Chinchona Plants and Seeds in South America, and Their Introduction into India. Project Gutenberg. https://www.gutenberg.org/ebooks/55593
- O’Phelan Godoy, S. (1986). «Aduanas, mercado interno y elite comercial en el Cusco antes y después de la gran rebelión de 1780». Apuntes: Revista de Ciencias Sociales, 19, 53-72. https://doi.org/10.21678/apuntes.19.236
- von Tschudi, Johann Jakob (2003). El Perú, esbozos de viajes realizados entre 1838 y 1842. Fondo Editorial, PUCP, Lima. p. 321
- Ulloa, A. de. (1792). Noticias americanas: Entretenimientos físico-históricos sobre la América meridional, y la septentrional oriental: comparacion general de los territorios, climas y producciones en las tres especies vegetal, animal y mineral, con una relacion particular de los indios de aquellos paises, sus costumbres y usos, de las petrificaciones de cuerpos marinos, y de las antiguedades: con un discurso sobre el idioma, y conjeturas sobre el modo con que pasaron los primeros pobladores. la Imprenta Real. (Google books).
- Urrutia Cerruti, Jaime (2019). «La feria de Vilque: Entre mulas, lanas y timba». Historia y Cultura, 30, Article 30.
https://revistas.cultura.gob.pe/index.php/historiaycultura/article/view/145 - "Perú, registros parroquiales y diocesanos, 1603-1992," database with images, FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/3:1:9392-C536-19?cc=1877097&wc=MPZF-4WY%3A174499301%2C180540801%2C180540802%2C180540803 : 21 May 2014), Junín > Jauja > Santa Fe > Bautismos 1757-1814
- "Perú, registros parroquiales y diocesanos, 1603-1992," database with images, FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/3:1:9392-C594-1?cc=1877097&wc=MPZ6-BZQ%3A174499301%2C180540801%2C180540802%2C181558801 : 21 May 2014), Junín > Jauja > Santa Fe > Defunciones 1785-1820