Temas

29 octubre 2022

Dieciséis especies de aves en un jardín de Santa Rosa de Ocopa, en el valle del Mantaro

Santa Rosa de Ocopa, en el valle del Mantaro

Santa Rosa de Ocopa, al lado oriental del valle del Mantaro, está en un rincón abrigado y escondido. Hoy los eucaliptos —introducidos a fines del siglo XIX— dominan el paisaje. Al norte del pueblo, separado de éste por un riachuelo, está el convento franciscano de Santa Rosa de Ocopa. El pueblo está en las coordenadas 11.88° Sur 75.30° Oeste, a una elevación de 3,370 metros. El clima es el característico del valle del Mantaro: durante la estación seca (aproximadamente entre mayo y setiembre), hay muy poca precipitación, con fuertes cambios de temperatura entre el día y la noche, y con frecuencia hay heladas; en la estación lluviosa, hay frecuentes precipitaciones, pero al mismo tiempo un menor contraste de temperaturas entre el día y la noche. Si bien el valle propiamente dicho es un lugar abierto y por lo tanto sujeto a otras inclemencias del tiempo, Santa Rosa de Ocopa parece ser un lugar más protegido, si bien las temperaturas no difieren mucho de las del valle abierto. El topónimo «Ocopa» parece derivarse del adverbio quechua ukhu o ukhupi, que significa «adentro» y, por extensión, lugar interior.

Lo que sigue es un inventario fotográfico de aves, íntegramente obtenido en el patio de entrada y el jardín interior de una antigua casa ubicada en la parte sur del pueblo de Santa Rosa. Hay flores que están en macetas en el patio de entrada, y flores y frutos en el jardín interior, de unos 120 metros cuadrados, donde la variedad de plantas incluye rosales (Rosa spp.), un ciruelo-cerezo generoso (Prunus cerasifera), un manzano (Malus sp.), un árbol de tumbos (Passiflora tripartita), dos cedrones (Aloysia citrodora) y un árbol de guinda (Prunus cerasus) que asoma desde un jardín vecino. Entre las plantas ornamentales hay geranios (Pelargonium spp.), dogos (Antirrhinum majus), salvias (Salvia leucantha), pensamientos (Viola spp.), cartuchos (Zantedeschia aethiopica), y narcisos (Narcissus assoanus), así como varias especies de Opuntia, entre otras plantas.

Esta vegetación no natural —pero establecida hace muchas décadas— es muy propicia para las diarias visitas de una notable variedad de aves, muchas de las cuales pasan desapercibidas, incluso para la gente local. Además de las dieciséis especies fotografiadas, hay en la zona un número mayor de especies de aves que no frecuentan los jardines.

Acerca de las fotos y las descripciones

Las fotos —de calidad variable, por decir lo menos— han sido obtenidas en cuatro visitas a esa casa, en febrero del 2020, julio del 2021 y febrero y julio del 2022.  Las especies, en su mayoría,  han sido observadas y fotografiadas en cada visita, si bien con más frecuencia en la temporada de lluvias. Al pie de cada foto se indica los nombres locales conocidos —que lamentablemente son pocos— del ave fotografiada, así como el nombre científico más reciente. Para otros nombres en castellano, se ha seguido las recomendaciones de la Sociedad Española de Ornitología y, en menor medida, las del libro Aves de Perú, de Thomas S. Schulenberg et al. (CORBIDI, 2010).

(De antemano, se agradecen sugerencias, así como correcciones que citen otras fuentes de información.) 

Texto y fotos: Domingo Martínez Castilla
Fotos: Santa Rosa de Ocopa, provincia de Concepción, región Junín, 2020-2022

Las aves

(Haga click en cada imagen para verla en tamaño más grande.)

Chihuaco, en árbol de guinda. Una de las aves emblemáticas de la sierra central, fácilmente reconocido por propios y extraños (febrero, 2020)
Turdus chiguanco
[Chiguanco, zorzal andino, mirlo chiguanco]



Picaflor de cola larga (macho), tomando néctar de flores de salvia (febrero, 2020). El mismo individuo observado hasta febrero del 2022, pero no en julio del 2022.
Lesbia nuna nuna
[Colibrí colilargo menor]

Picaflor verde, recolectando telarañas para hacer su nido en un rosal. Este picaflor es quizá el más común en el valle del Mantaro, pero este comportamiento resultó sorpresivo (marzo, 2022).
Colibri coruscans
[Colibrí rutilante]


Picaflor negro, en reposo en árbol de tumbo (Passiflora tripartita). Suele ocultarse dentro del follaje del tumbo. Frecuente, pero no fácil de fotografiar (marzo, 2022). Nótese el punto blanco detrás de los ojos.
Metallura phoebe
[Metalura negra, colibrí negro]




Pichuza, pichuchanca, gorrión (macho). Otra  pequeña y hermosa ave emblemática de la sierra peruana, abundante y ubicua en los jardines, muy querida por la gente.
Zonotrichia capensis
[Gorrión andino, chingolo común]

Paloma torcaza, tórtola, parada en el tejado. Otra ave muy frecuente en centros poblados andinos (febrero, 2020)
Zenaida auriculata
[Zenaida torcaza, tórtola torcaza]

Pepitero de pico amarillo, en un rosal. Pájaro grande y muy atractivo. Si bien para mí era desconocido hasta que tomé esta foto, es comensal regular del jardín, pero por visitas muy breves, poniendo especial atención a los frutos del ciruelo y de la guinda (febrero del 2020)
Saltator aurantiirostris albociliaris
[Pepitero piquigualdo, saltador de pico dorado]


Tangara de cabeza azul (macho), en árbol de guindas. Otra atractiva ave multicolor de visitas frecuentes y cortas (febrero, 2020)
Rauenia bonariensis darwinii (antes Thraupis b.)
[Tangara naranjera]


Yal peruano (macho), en árbol de guinda. Pájaro oliváceo, con cabeza y alas grises, visitante diario (febrero, 2022)
Phrygilus punensis
[Fringilo peruano]


Mielerito gris, en árbol de laurel, donde probablemente está su nido (febrero, 2020)
Conirostrum cinereum cinereum
[Conirrostro cinéreo]


Pinchaflor (macho), en árbol de guinda (marzo, 2022). Visitante muy frecuente de los geranios, a los que pincha en la base de las flores con su pico terminado en gancho.
Diglossa brunneiventris
[Pinchaflor gorjinegro]


Paloma moteada, con guinda en el pico (febrero, 2022). Especie nativa del mismo tamaño que la paloma doméstica, pero siempre de color gris y alas jaspeadas, y pico más pequeño.
Patagioenas maculosa albipennis
[Paloma de ala moteada]


Cucarachero (marzo, 2022). Sólo los picaflores son más pequeños que este omnipresente pajarito, que caza insectos, siempre solitario.
Troglodytes aedon
[Chochín criollo]


Jilguero (macho) (febrero, 2022). Visitante raro en el jardín, pero más común en los campos. De niño, mi padre y muchas personas los capturaban para tenerlos en jaulas y escuchar su potente y hermoso canto.
Spinus magellanicus (también Carduelis m.)
[Jilguero encapuchado]



Semillero gris, observado solamente en la fecha de esta foto (febrero, 2022). Ave pequeña.
Catamenia analis
[Semillero colifajeado, semillero de cola bandeada]


Huiracchuro macho (el nombre quechua se usa en Ecuador, como güiragchuro o variaciones). Observado solamente en dos días seguidos (febrero, 2022). Pájaro grande y muy atractivo, y debiera ser fácilmente observable si fuera más común en la zona.
Pheucticus chrysogaster
[Picogrueso ventriamarillo]


08 febrero 2022

Parihuanas en cielo negro, en Jauja

Muy cerca a Jauja, hay dos lagunas que son refugios importantes de muchas especies de aves acuáticas. Entre ellas, las más grandes, fotogénicas y espectaculares son las parihuanas (Phoenicopterus chilensis, o flamencos australes). Centenares de estas aves, maduras y juveniles, se alimentan y reproducen entre los totorales en la poco profunda laguna de Chocón/Tragadero y en un rincón escondido y silencioso de la laguna de Paca, más conocida por sus bulliciosos restaurantes y recreos.


El 7 de octubre del 2021, anunciando la inminente temporada de lluvias, era un día oscuro y tormentoso, aparentemente arruinado para la fotografía de aves silvestres. Pero por unos instantes, el sol poniente asomó por debajo de las nubes, reflejando su luz casi exclusivamente en los brillantes plumajes rosáceos  de las parihuanas y blancos de las garzas.

Texto: Jauja, 8 de febrero del 2022
Fotos: 7 de octubre del 2021




Parihuanas (Phoenicopterus chilensis) en un islote
Laguna de Paca, Jauja, Perú, octubre del 2021
 (Clic para ver imagen ampliada)


Parihuana (Phoenicopterus chilensis) en el agua
Laguna de Paca, Jauja, Perú, octubre del 2021
 (Clic para ver imagen ampliada)


Parihuana (Phoenicopterus chilensis) tomando vuelo
Laguna de Paca, Jauja, Perú, octubre del 2021
 (Clic para ver imagen ampliada)

Garza blanca (Ardea alba)
Laguna de Paca, Jauja, Perú, octubre del 2021
 (Clic para ver imagen ampliada)


Domingo Martínez Castilla

Fotos: Laguna de Paca, Jauja, Perú. 7 de octubre del 2021


08 marzo 2021

Siempre tuve suerte con las mujeres

Como alguien inventó el Día Internacional de la Mujer, reciclo acá un texto de hace 4 años, en el que hablo de mis mujeres internacionales, para quienes dedico mi afecto por 365.25 días al año.

Que sea el tiempo presente, pues es menester empezar por algún lado: cada día comparto mesa, sillón y lecho con una mujer que, sin cesar, marca hitos de afecto, lealtad, principios, conocimiento, dedicación, magisterio, investigación... Y una sonrisa como ninguna: franca y dulce, que lleva a donde vaya, desde las alturas de Pasco y Junín hasta los más remotos rincones de Misuri, pasando por las manyattas Masái, las comunidades bolivianas, los agricultores de Bengala occidental, o los salones académicos de tantos lugares del mundo, sin muestra alguna de arrogancia ni de humildad ensayada, sentimientos cuyo ejercicio ella no comprende. 
 
De ella, la hija ha heredado el ejemplo, que es mucha cosa: sola contra un mundo que no deja de ponerle obstáculos, la niña de ayer siempre tuvo que lidiar con cosas nuevas: de muy pequeña, recién vuelta al lugar donde nació, su lucha por comprender un idioma que no conocía y en el cual hoy es ella docta, o doctora para más precisión. Mientras crecía, iba enfrentando una cultura en la que su padre, especialmente, no era muy hábil, ella siempre avanzando con un carácter notable e igualmente leal, principista y luchadora.
 
Ahí están también las tres hermanas de toda la vida (ella era una santa, cantaría Gardel, pero de la santa me ocupo en seguida), tres mujeres distintas excepto en su increíble valentía y gracia para navegar por un mundo cambiante que no se parecía en nada al nido protector donde crecieron, nutridas, siempre, por otras mujeres. La hermana primera, madre de dos hijas y cuatro hijos, sacándolos adelante, por muchos años ella sola, y todo el tiempo trabajando por salario, trabajando por justicia en sindicatos y calles y, por supuesto, siendo madre infaltable. La hermana segunda que, por décadas y desde muy joven, asumió con enorme cariño la tarea de ser la columna vertebral de la familia, siempre lista para todo, siempre presente con su entusiasmo y vitalidad y con una generosidad literalmente sin límites. La hermana tercera, ausente prematuramente, vivió por justicia y equidad, sin dejar en el camino a ningún afecto previo: en su despedida, en el año 2000, las lágrimas de sus amigas de la infancia se mezclaban con las de maduros políticos y dirigentes sindicales, correligionarios y opositores, músicos y artistas, para rendir homenaje a una mujer que nunca dejó que las mezquindades propias de la política afectaran su alma limpia y luchadora, como ella escribió en Entre el amor y la furia, sus crónicas y testimonio. Tengo una cuarta hermana, mayor, que falleció hace algunas semanas, y a la que vi apenas unas pocas veces en mi vida: ella también fue excepcional, pues enviudó joven y sacó adelante a sus seis hijos, dos mujeres y cuatro hombres, cuyas vidas son un testimonio indiscutible de su carácter. 
 
«Ella era una santa», dice el tango «Silencio». Es la madre, pero no fue santa de vestir santos solamente. Huérfana de padre desde los seis meses de nacida, creció entre mujeres que tenían que haber sido fuertes en el Perú de hace cien años, herederas de tierras y prejuicios que mantuvieron una mezcla de dignidad frente a sus pares y arrogancia atávica hacia los demás, todo mientras su anticuado mundo se hacía trizas, pero siempre dándonos libros para protegernos. Creciendo en un universo cambiado, mi madre empezó a trabajar por un salario a los 45 años, de maestra escolar, mientras en los veranos estudiaba para sacar el título oficial de maestra. Todo eso para que a sus hijos no les falte nada, especialmente educación. La madre era mujer que raramente se enfadaba, dueña de un humor que por fino nunca dejó de ser sarcástico, incapaz de proferir insultos y enemiga del chisme. Amigos la recuerdan siempre como digna y sencilla, como una mujer dulce y tremendamente inteligente. Yo la recuerdo y sonrío. 
 
La familia sigue creciendo con mujeres fuertes y cabales: las sobrinas, ya madres, han heredado tibieza, carácter y decisión, así como independencia. Los sobrinos han igualmente buscado y hallado mujeres excepcionales para compartir vida y familia.

Tengo amigas, varias más queridas que el mejor de mis amigos: están en latitudes diversas, pero todas pertenecen a esa raza que tanto admiro: mujeres fuertes, trabajadoras, independientes (lo que no implica soledad), inteligentes, principistas, todas con una extraña cualidad: me soportan. Algunas incluso son parientes. ¡Y las veo tan poco! 
 
Les ruego a todas y cada una que acepten este pequeño e imperfecto recuento. Y todo mi cariño y admiración.

Sí, siempre tuve suerte con las mujeres.

(Suelo rechazar los días arbitrarios en los que se nos obliga a festejar o conmemorar gentes y acontecimientos, pero esta vez sentí una necesidad muy fuerte de decirles a todas cuánto aprecio la suerte de tenerlas.)

Texto escrito el 8 de marzo del 2017

02 noviembre 2020

Ciberayllu: vida, pasión y catatonia de la primera publicación peruana de alcance global

(Una versión previa de este texto fue dicha si no necesariamente leída en el Séptimo Congreso Internacional de Peruanistas en el Extranjero, en Poitiers, Francia, octubre del 2015. Ligeramente editado, el texto sirve para marcar el aniversario número 24 de la aparición de Ciberayllu.)


Resumen

Ciberayllu, una de las publicaciones pioneras en lengua castellana en la World Wide Web, apareció a fines de 1996 con nueve escritos de cinco autores peruanos.  Durante catorce años continuó su actividad regular, hasta acumular más de mil contribuciones y escritos de cerca de doscientos autores, en su gran mayoría escritores  e intelectuales peruanos y peruanistas, tanto miembros de la diáspora como residentes en el Perú.  Poesía, historia, narrativa y crítica aparecieron en sus páginas firmadas por un significativo número de escritores de varias generaciones, incluyendo a poetas y narradores que hoy constituyen parte importante del canon literario contemporáneo del Perú, así como a historiadores y científicos sociales de instituciones educativas de muchas partes del mundo.

Para el editor de prácticamente todos los escritos aparecidos en Ciberayllu, este texto es una primera y necesaria instrospección de la vida, pasión y catatonia actual de la que, desde su inicio, fue una «Sospechosa publicación de periodicidad dudosa y propósitos difícilmente confesables».  El falso kuraka del inexistente ayllu recuerda el cómo y el cuándo, que están registrados en la memoria y el abundante intercambio epistolar entre editor y autores.

Ciberayllu (www.ciberayllu.org) continúa disponible en la red global, y sus escritos siguen siendo leídos y citados con regularidad.

27 marzo 2020

Sin embargo, se mueven

Homo sapiens se esconde, asustado; Pelecanus erythrorhynchos no


Mientras los abundantes miembros de la especie Homo sapiens están… estamos limitando nuestros movimientos al mínimo indispensable, las otras especies animales y vegetales continúan con sus rutinas de supervivencia y adaptación, tal como lo hicieron en otros tiempos, es decir hace cinco semanas, años, siglos. Y como lo seguirán haciendo mientras no sigamos modificando el planeta. En este mes de marzo del año del  Coronavirus dos mil veinte, animales y plantas, hongos y bacterias, están todos muy activos ajustándose al cambio de estaciones, pues  la primavera boreal y el otoño austral empiezan en estos días.
El movimiento global de los seres humanos se ha casi suspendido por algunas semanas: el mundo se siente más ligero, más limpio, y está más disponible para el resto de seres vivos, que continúan con sus migraciones anuales por aire, mar y tierra.
Por ejemplo, cerca de donde este escriba vive, cientos de pelícanos blancos americanos (Pelecanus erythrorhynchos) se detuvieron a reposar en unas lagunillas creadas por Homo sapiens. Estas enormes aves están migrando hacia sus áreas de reproducción, en las praderas más septentrionales de América del Norte. Aquí sus fotos.



Pelecanus erythrorhynchos, Missouri
Bandada de aves migrantes.
Misuri, EE.UU. Mayo, 2020 (Clic para ver imagen ampliada)

Pelecanus erythrorhynchos
Misuri, EE.UU. Mayo, 2020 (Clic para ver imagen ampliada)

Pelecanus erythrorhynchos
Misuri, EE.UU. Mayo, 2020 (Clic para ver imagen ampliada)

Domingo Martínez Castilla

Fotos: Eagle Bluffs Conservation Area, Condado Boone, Missouri, EE.UU. 6 de marzo del 2020

03 agosto 2018

La cigarra cumplió 13 años

Juventud casi eterna, madurez efímera

Cigarra de 13 años
Magicicada sp.
Columbia, Misuri, EE.UU. Mayo, 2011 (Clic para ver imagen ampliada)

La foto que sirve de fondo a este blog es de un bicho peculiar (Magicicada sp.). Es una cigarra juvenil de trece años de edad, a la que le quedaban unas cuatro o cinco semanas más. Trece años de inmadurez para cinco semanas de vida adulta.

La explicación: la cigarra de la foto nació de un huevito que la madre dejó en una rama en junio de 1998. Del huevito salió un gusanito que bajó rápidamente y se enterró en el suelo, donde creció y siguió creciendo por trece años, al cabo de los cuales, ya como una ninfa gorda y grande, sintió la urgencia de salir para mudar su cascarón infantil. La foto  es un instante luego de haberse liberado del exoesqueleto, antes de adquirir, en pocas horas, el color pardo de los adultos.  Millones de otras cigarras hacen lo mismo, listas para esas cinco semanas de música ensordecedora y jolgorio sexual. Y sólo aparecen cada trece años.

Trece años antes, en 1998, yo había visto asombrado este curioso fenómeno por vez primera, pero multiplicado por dos, pues ese año el brote de las cigarras de 13 años coincidió con el de las cigarras de 19 años.  Y de eso escribí en la revista Ciberayllu, que a la sazón tenía solamente un año y medio.

Aquí la nota reciclada.

Mensaje del kuraka
16 de junio de 1998

Unos cinco días después de publicar la última nota editorial, lo real maravilloso llegó a Columbia, en el estado norteamericano de Misuri, donde este kuraka mora. Los niños empezaron a notar la presencia de unos bichos raros que salían de la tierra, y casi inmediatamente se prendían de paredes, hojas, arbustos y —sobre todo— árboles, donde después de unas horas se sacaban la vieja piel dura de los insectos. Al cabo de unas horas o algo así, sólo quedaba el cascarón. En la semana siguiente, la tierra estaba llena de orificios; las paredes, ramas, árboles, llenas de fantasmales cascarones vacíos; con suerte, uno podía ver que de cada ninfa salía un insecto grande y casi blanco, que muy rápidamente oscurecía y mostraba sus ojos rojos, esperando secarse y estirar sus alas para subir un poco más y tratar de encontrar un pequeño espacio desde donde cantar, oficio de cigarras machos, para seducir a las hembras. 
Después de unos días del inicio de la invasión de las ninfas subterráneas, millones de cigarras —miles en cada árbol— empiezan a volar y cantar con la energía que les da el calor del día; en días calientes, es casi imposible hablar cerca a los árboles, porque el ruido es intenso, ensordecedor. Lo que queda más abajo son los correspondientes miles de cascarones vacíos, los miles de huequitos en el suelo, y poco a poco miles de cigarras muertas. Las hormigas, en lugar de discutir con ellas sobre las bondades del trabajo, simplemente se las comen, porque no han leído a La Fontaine. Las arañas engordan, igual que los pájaros, los perros y algunas personas que las comen tostadas. Millones de cigarras. Tantas, que los primeros colonos las llamaron langostas. En unas cuantas semanas ya todas han muerto, después de haber cantado, copulado y puesto sus huevos, de donde salen las pequeñas ninfas que caen al suelo y se entierran para alimentarse de la savia que corre por las raíces de los árboles, hasta que les llegue su hora de salir, diecisiete o trece años más tarde. No diez, o doce, o dos: sólo trece o diecisiete. En unas partes sólo hay cigarras de diecisiete años, y en otras sólo de trece, pero en el centro de Misuri se dan ambas, y en este Año de la Cigarra de 1998 coincidieron ambas por primera vez desde 1777. Cuando vuelvan a aparecer las cigarras de trece años en el centro de Misuri, Ciberayllu habrá cumplido quince años, y diecinueve cuando salgan las ninfas que se enterrarán este mes de julio. Y nada menos que 223 años cuando sus sendas descendientes salgan juntas, a repetir el ruido tremendo de este casi verano. Para entonces, este kuraka y sus lectores estarán bien muertos.

Original en: <http://www.andes.missouri.edu/andes/Ciberayllu/DelKuraka980616.html>

Domingo Martínez Castilla

Foto: Cigarra transformándose de ninfa en adulto, en un roble, en el jardín del frente. Columbia, Misuri, 29 de mayo del 2011.

23 junio 2018

Turandot (Teatro Regio di Torino, 2018)


Versión abstracta y contemporánea de una milenaria historia de odio, amor y sacrificio


Turandot, ópera póstuma e inconclusa de Puccini, estrenada hace casi cien años, es un buen ejemplo de cuán maleable es esta forma musical. La trama sucede en la corte de Pekín (así se llamaba por entonces) en un periodo antiguo más definido por estereotipos que por precisiones históricas. Pero la versión que acá se comenta, estrenada en enero del 2018 por la compañía del Teatro Regio de Turín, recurre a una visión muy moderna e italiana. La escenografía es mínima.  El vestuario, casi totalmente en blanco y negro, va de fantástico a moderno a casi inexistente (los danzantes usan sólo taparrabos). Las coreografías son casi abstractas. Supongo que la intención es dar así mayor realce a la música y al drama.  (Vale anotar que entre los aficionados a la ópera hay muchos que rechazan estas escenificaciones novedosas, y prefieren los montajes más tradicionales.)

Datos generales

  • Título: Turandot
  • Compositor: Giacomo Puccini (1858-1924)
  • Libretistas: Giuseppe Adami y Renato Simoni
  • Estreno (póstumo): 1926 (Teatro alla Scala, Milán)
  • Genealogía del tema: probablemente a partir de una historia pre-islámica, el poeta azerí Nezamí Ganyaví (1141-1209) la recoge en uno de sus poemas épicos escritos en persa. La base del argumento aparece en Europa como una de las historias del compendio de Los mil y un días. El nombre «Turandot» («hija de Turan») aparece en una obra teatral veneciana de 1762 (por Carlo Gozzi), que fue luego tomada por Schiller, que convierte a Turandot en princesa china, que es como llega a los teatros alemanes a inicios del siglo XIX. La historia da origen a varias óperas previas a la de Puccini.

Trama en un párrafo: La princesa china Turandot odia a todos los príncipes, pues uno de ellos raptó y mató a una abuela suya; con ánimo de venganza, presenta a sus pretendientes unos acertijos imposibles que siempre han  terminado en el ajusticiamiento del pretendiente. Calaf es un príncipe tártaro que va a Pekín de incógnito, donde encuentra a su desterrado padre y a una ex-esclava; enamorado obsesivamente de Turandot, se somete a la prueba a pesar de las advertencias, y logra resolver los enigmas. Turandot se resiste, y el príncipe le da una posible salida: que averigüe su nombre: si logra hacerlo, Calaf renunciará a la princesa y le entregará su vida; si no lo logra, Turandot se casará con el príncipe. La ex-esclava Liú es la única que sabe el nombre del príncipe, pero ama mucho a Calaf y se rehúsa a revelar a Turandot el nombre del príncipe. Liú perderá de todos modos a Calaf: si ella revela el nombre, ajusticiarán a Calaf; si no lo hace, Calaf sobrevivirá y se casará con Turandot, y Liú sacrificará su vida.

Personajes y su descripción en esta producción:

  • Altoum, emperador de la China (Antonello Ceron, tenor): hombre mayor de cabello blanco
  • Calaf (Jorge de León, tenor): el príncipe tártaro, cuyo nombre no se llega a saber durante la ópera, que quiere casarse con Turandot (traje oscuro)
  • Turandot (Rebeka Lokar, soprano): hija del emperador
  • Timur (bajo): rey tártaro destronado y ciego, padre de Calaf; sobretodo oscuro
  • Liú (Erika Grimaldi, soprano): ex-esclava de Timur, enamorada de Calaf, con cabello oscuro muy largo
  • Ping (Marco Filippo Romano, barítono), Pong (tenor Mikeldi Atxalandabaso), Pang (Luca Casalin, tenor): ministros del emperador chino; siempre andan juntos; vestidos de blanco inicialmente, luego de negro, y luego a franjas
  • Mandarín (Roberto Abbondanza, barítono)
  • Príncipe persa (Joshua Sanders, tenor)
Director musical: Gianandrea Noseda
Productor: Stefano Poda
Orquesta y coro del Teatro Regio de Turín


Liú delante de Turandot, rodeada del coro. (Fuente: Teatro Regio de Torino)


Resumen 

La producción de Stefano Poda es elegante en lo visual y complicada en los símbolos. La escenografía es simple e imponente, plena de imágenes abstractas y surrealistas; el extraordinario ballet de cuerpos sin tapujos es parte fundamental e impactante del montaje; el coro es siempre coreográfico, exigiendo de sus miembros movimientos precisos y contorsiones inusuales; los cantantes principales honran el esfuerzo inacabado de Puccini (son memorables el canto y la actuación de Erika Grimaldi como Liú).

Acto I

Un mandarín del emperador de China recuerda al pueblo de Pekín que, siguiendo un (aparentemente absurdo) juramento que es ley, la princesa Turandot se casará con quien logre resolver tres adivinanzas. El mandarín anuncia, al mismo tiempo, la ejecución pública de un príncipe persa que pretendía a Turandot, pues había fracasado en resolver los acertijos.  En el alboroto del ajusticiamiento, un anciano ciego cae al suelo, y su fiel sirvienta Liú pide ayuda para levantarlo. El príncipe tártaro se acerca a ayudar, y reconoce que el anciano es Timur, su destronado padre que ahora deambula, pobre y desterrado, por las calles de Pekín.  El príncipe agradece a Liú, y le pregunta por qué ella decidió seguir sirviendo a su padre, a pesar de ser ahora una mujer libre. «Perchè un dì... nella reggia, mi hai sorriso.» (Porque una vez, en palacio, me sonreíste), responde Liú, revelando su amor por Calaf.

El príncipe tártaro le pide a su padre y a Liú que no lo llamen por su nombre, porque su vida corre peligro, pues él había logrado fugarse luego de que el emperador chino conquistara el reino tártaro. Al mismo tiempo, el príncipe revela su obsesión romántica por desposar a Turandot, y su deseo de intentar resolver los acertijos.  Todo esto se sobrepone con la multitud que va aumentando su frenesí por la inminente ejecución.

Soldados, verdugo, multitud… Éste es un buen ejemplo de cómo en las óperas suelen aparecer segmentos en los que aparentemente hay un caos indescifrable que, con frecuencia, sólo se puede deshilachar con el libreto al frente. En ópera, es posible y frecuente que dos eventos estén sucediendo simultáneamente, como en este caso: por un lado, el intercambio entre Timur, Calaf y Liú; por el otro, los múltiples personajes que se aprestan a llevar a cabo la ejecución. Por lo general, estas escenas aparentemente caóticas suelen servir de base para extraordinarios momentos musicales, en los que las voces de solistas y coros hacen armonías y contrapuntos donde las palabras y la línea argumental ceden su lugar a la música, la coreografía y la escenografía. Danzantes, cantantes, luces, orquesta, se combinan para dar al público un espectáculo que es exclusivo de la ópera: al espectador sólo le queda hundirse en él.

Acto II

Trabajando en una morgue vendando los cadáveres de los ajusticiados pretendientes de la princesa de hielo, los ministros Ping, Pong y Pang se quejan de haberse visto convertidos de importantes dignatarios, en meros asistentes del verdugo, y lamentan que los caprichos de Turandot estén poniendo en peligro los miles de años de la historia de China. En un largo trío, los ministros recuerdan con nostalgia sus sendas y bucólicas vidas previas, así como a varios de los  treinta o más príncipes pretendientes ejecutados en los últimos años.

Un muy moderno ballet, y el coro que le sigue, preparan la escena para el gran reto: los tres acertijos que el príncipe tártaro deberá adivinar.  El emperador de la China anuncia el inicio de la prueba a la que la ley le obliga pero, ya cansado de tanta ejecución, trata de persuadir al pretendiente para que renuncie a su empresa, pero Calaf responde tres veces que quiere someterse a la prueba.

Un dulce coro infantil es el casi absurdo preludio a la terrible prueba. En la extensa aria «In questa reggia» (En esta corte), Turandot explica el origen de la prueba de los tres acertijos: venganza contra príncipes extranjeros, venganza por la suerte que Lo-u Ling, antepasada de Turandot, hubo corrido a manos de un príncipe conquistador, que la sacó a rastras del palacio.  Por eso, Turandot dice que jamás nadie la poseerá, porque ese dolor está vivo en su corazón, lleno de odio contra príncipes como el que ocasionó la muerte de Lo-u Ling.

En esta producción de la ópera, la voz de Turandot es acompañada por un coro silencioso (lo entenderá la lectora al ver la ópera) que canta con ella: en la versión televisiva, no es fácil saber de qué boca sale la voz, lo que crea una incertidumbre adicional.

Calaf, cual Edipo frente a la esfinge, resuelve los acertijos.  Turandot no lo puede creer y se resiste a cumplir con el mandato de casarse con el principe ignoto; Calaf le propone una salida: él se someterá al verdugo si ella, en el plazo de una noche, logra averiguar el nombre de él; si no lo logra, deberá casarse con él.

Acto III

Turandot ordena que, so pena de muerte, nadie duerma hasta que se sepa el nombre del príncipe tártaro.

El príncipe repite la orden, en la bellísima y muy conocida aria «Nessum dorma», pero anuncia que nadie podrá descubrir su nombre hasta que amanezca, y que se lo dirá a Turandot solamente cuando sus labios estén cerca.

Los ministros tratan de persuadir al príncipe, diciéndole que es preferible tener cien bellas y dispuestas esposas a vivir con una princesa fría y cruel como Turandot, pero el príncipe no se convence e insiste; los ministros pasan del soborno a la amenaza de indecibles torturas, sin lograr quebrar al príncipe.

Traen a Timur y a Liú frente a los ministros, que suponen que el anciano y su acompañante son los únicos que saben el nombre del príncipe. Liú se niega a revelar el nombre, e indica que está dispuesta a morir antes de soltar el secreto. En esta producción de la ópera, Liú es interpelada por Turandot, rodeada del coro, que sigue profiriendo amenazas. Liú se resiste, en nombre de «Tanto amore segreto, e inconfessato», y explica su horrible dilema: si confiesa, morirá Calaf, el príncipe que ella ama y que Turandot detesta; si calla, Calaf vivirá con esa mujer malvada que es Turandot, y ella misma, Liú, será ajusticiada.

Llaman a los verdugos para matar a Liú, que sale del escenario tomada de la mano con el anciano Timur, mientras que la multitud la alaba por su enorme sacrificio y le pide perdón:
Liù...bontà... perdona!
Liù...dolcezza, dormi!
Oblia! Liù...Poesia!

(Liú, bondad… ¡Perdón! / Liú… dulzura.. ¡Duerme! / ¡Olvida! Liú… ¡Espíritu poético!)
Puccini compuso la ópera hasta esta escena.  En 1924 le diagnosticaron cáncer a la garganta, y fue a tratarse a Bruselas, donde falleció de un ataque al corazón aparentemente no relacionado con el tratamiento. Hay hasta tres versiones del final de la ópera, pero en esta producción no se han incluido.

Si bien el sacrificio de Liú (representado como suicidio) puede ser un trágico final suficiente y adecuado para el paladar moderno, hace cien años el público esperaba un desenlace  más redondo: ¿Vivirán felices Calaf y Turandot? El libreto que dejó Puccini, también incompleto,  indicaba un dúo con manifestaciones de amor entre el consorte triunfante y la consorte derrotada, pero aparentemente aún no lo encontraba totalmente satisfactorio al momento de su muerte. En todo caso, tal final es algo mezquino, donde a la tragedia del sacrificio amoroso de Liú le sucedería un final feliz que ve a una malvada princesa casarse con un caprichoso príncipe.

Lo que sugiere Stefano Poda, productor de esta escenificación modernísima, es que Turandot no existe, que ella está en cada uno de nosotros.

Domingo Martínez Castilla

Enlaces


Libreto e información sobre esta ópera
Se recomienda revisar estos enlaces antes de ver la ópera, pues la versión ahora disponible en la red no tiene aún subtítulos en castellano):

Datos específicos de esta producción

Video disponible gratis hasta el 24 de julio del 2018



Si la ópera ya no está disponible gratuitamente en la Internet, el lector deberá esperar a que salga en video comercial (Blu-ray, DVD, o en servicios vía Internet).

18 junio 2018

Música clásica y ópera en el Mundial de Fútbol

La Plaza Roja llena de música


Nota breve, a modo de preludio de algunos artículos de tema operático que se van cocinando para este espacio. 


Antes de la ceremonia inaugural de la Copa Mundial de Fútbol de Rusia 2018, se dio un concierto de gala en la Plaza Roja, con estrellas del mundo de la ópera, incluyendo a los archiconocidos Plácido Domingo y Juan Diego Flórez.  Dos horas de música clásica, ópera, Agustín Lara y un par de piezas populares rusas. (Enlaces al final de este texto)

La excelente orquesta del Teatro Mariinsky (Kirov, en tiempos soviéticos) de San Petersburgo, dirigida por el inigualable Valery Gergiev, acompaña al elenco armado por el pianista Denis Matsuev. Además de Plácido Domingo y Juan Diego Flórez, están presentes las sopranos Aida Garifullina (que más tarde cantaría en el estadio), Anna Netrebko y Albina Shagimuratova; el tenor Yusif Eyvazov; y el bajo Ildar Abdrazakov.  El pequeño Yelisey Mysin, de siete años, compartió piano con Matsuev en una pieza a cuatro manos.

Domingo Martínez Castilla



Enlaces

(Valga una advertencia para los lectores sensibles: en los videos aparece el presidente de la Federación Rusa.)

El concierto completo (unas dos horas de música más extras) está disponible en:

(Enlaces válidos en la fecha de publicación de este artículo)

Programa del concierto (compositor, obra y segmento)

  • Pyotr Ilyich Tchaikovsky, Concierto para Piano No. 1 in Si bemol menor, Op. 23
    1. Allegro non troppo e molto maestoso – Allegro con spirito
  • Charles Gounod, Romeo et Juliette
    I: «Je veux vivre» (Juliette)
  • Georges Bizet, Carmen
    II: «Votre toast... je peux...» - «Toréador, en garde» (Escamillo, Pastia, Zuniga, Carmen, Chorus, Frasquita, Pastia, Dancaire)
  • Gaetano Donizetti, La Fille du Régiment
    I: «Ah mes amis» (Tonio)
  • Gaetano Donizetti, Lucia di Lammermoor
    III: «Il dolce suono»
  • Giacomo Puccini, Tosca
    III: «E lucevan le stelle»
  • Giuseppe Verdi, Don Carlo
    II, «Restate!»
  • Pyotr Ilyich Tchaikovsky, Siete romances, Op. 47
    No. 6 «¿Reinó el día?»
  • Sergei Rachmaninov, Polka italiana para cuatro manos, en Mi bemol menor TN II/21 
  • Mikhail Glinka, Ruslan y Lyudmila
    Overture
  • Giuseppe Verdi, Rigoletto
    I, 2: «È il sol dell'anima» - «Addio... speranza ed anima»
  • Umberto Giordano, Andrea Chénier
    III: «Nemico della patria»
  • Jacques Offenbach, Robinson Crusoé
    II: Edwige's Waltz «Conduisez moi vers celui que j'adore»
  • Giacomo Puccini, Turandot III, 1: «Nessun dorma!»II, 2: «In questa Reggia»
  • Agustin Lara, «Granada»
  • Nikolai Devitte / Evgeny Grebenka, «Ojos negros» (Ochichornia)
  • «Kalinka» (canción popular rusa)

14 junio 2018

Pre-texto operístico (Invitación a la video-ópera)

¿No te gusta la ópera, querido lector? Pues, bien: esta nota es también para ti.

Perogrullada: la red global, con sus nada juveniles 25 años, ha llegado a tal nivel de madurez y difusión (como medio de comunicación) que hoy, cuando se necesita cualquier tipo de información, uno acude a la red antes que a cualquier otra fuente. Por supuesto, la red también es el medio por donde circulan mentiras, calumnias, lujuria, traiciones, dramas, estafas, amores, rumores… Igual que la ópera, en cuanto a contenido: mentiras, calumnias, lujuria, traiciones, dramas, estafas, amores, rumores.

Pero en cuanto a medios respecta, la ópera es una forma extraordinaria de presentar ese contenido que va de lo sublime (a veces) a lo rastrero (con mucha frecuencia) en la condición humana.

Desde su invención allá por el 1600 hasta principios del siglo XX, la ópera fue una forma artística remota e inalcanzable, salvo para los pocos que podían ir a las salas de ópera, casi todas en Europa… donde siguen estando en su gran mayoría. La presencia casi mítica —por lo remota— de la ópera ha hecho que sean muy comunes visiones caricaturizadas y opiniones parciales de esta compleja forma artística que combina prácticamente todas las artes escénicas. Para muchos, incluyendo a un servidor, el conocimiento de la ópera estaba limitado a grabaciones musicales de oberturas, arias o coros operísticos. En muchos casos, hay canciones (arias) y piezas musicales que son conocidas por muchos sin saber que son partes de óperas.  Dos ejemplos al paso: la famosa música del Can-Can es una danza frenética de Orfeo en los infiernos, ópera bufa de Offenbach; el delicioso ballet «La danza de las horas», aparece en una danza palaciega de La Gioconda, ópera de Ponchielli.  Hay igualmente muchas arias que han pasado al acervo popular y que se valen por sí solas; por ejemplo, «La donna é mobile» viene de Rigoletto, de Verdi (traducción del misógino título: La mujer es voluble); el coro «Va, pensiero» (Vuela, pensamiento), frecuentemente utilizado en la política italiana, es de Nabucco, también de Verdi.

La red global de la información ha permitido que muchas expresiones artísticas estén disponibles en todo el mundo, lo cual es bueno. Hoy se puede ver ópera de primera calidad en cualquier lugar que tenga acceso a la Internet.

Valgan algunas sugerencias y advertencias para los recién llegados que quieran ver óperas en video:
  • Leer una sinopsis de la ópera que se va a ver, incluso si el video viene con subtítulos. Es importante saber el argumento y poder reconocer a los personajes, que normalmente empiezan a cantar sin decirle al público su nombre.  Estos resúmenes se pueden encontrar fácilmente en la red, buscando, por ejemplo, “argumento de Rigoletto”.  Los resúmenes suelen incluir los personajes y las voces correspondientes.
  • Ponerse cómodo: las óperas suelen durar más que una película. Muchas duran entre dos y tres horas, no siendo raras aquellas que se extienden por más tiempo.  Es posible, y muchas veces necesario, ver una ópera por partes (o «actos»).
  • Las compañías de ópera son sumamente creativas, y renuevan constantemente la producción. Óperas de tema mitológico griego pueden aparecer ambientadas en el siglo XXI, sin que cambie la letra ni la música.  También es muy común encontrar producciones «atrevidas» que incluyen escenas que pueden considerarse no aptas para niños o mentes castas.

Los libretistas y compositores de ópera buscan sus argumentos en la literatura (poesía, narración, teatro, textos religiosos), en mitos y leyendas de todo el mundo, en hechos históricos antiguos y recientes. Las tramas y personajes originales suelen modificarse para ofrecer más drama o más comedia o mejor música.

Algo importante: la música es el elemento dominante en la ópera; y dentro de la música, la voz humana está a cargo de poner en la ópera ese factor único al género. La música y las voces hacen que se ensalcen o condenen (in)sensateces humanas (por la duración de la ópera, amable lector: no para siempre), como traición, virtud, abuso, amor, estereotipo, adulterio, esperanza, lujuria, injusticia: todas las virtudes teologales y todos los pecados capitales tienen en la ópera a un medio extraordinario de exploración de las calidades e iniquidades del ser humano.

Dejémoslo ahí, por ahora. Sirva esta nota como una brevísima introducción a algunos artículos, dedicados a la ópera, que aparecerán en este espacio.

Domingo Martínez Castilla



En este blog:


En la red:

Los siguientes recursos disponibles en la Internet ofrecen información sobre la ópera:
  • Ópera en Wikipedia
    Datos históricos, musicales, principales clases de ópera. 
  • Kareol (www.kareol.es)
    Contiene una buena cantidad de libretos en versiones bilingües (idioma original y castellano) 
  • OperaVision (www.operavision.eu)
    Presenta óperas íntegras en montajes europeos recientes (disponible por ahora en inglés, francés y alemán). 
  • Medici.tv
    Ofrece el mejor catálogo de música clásica en video de alta calidad. Requiere inscripción gratuita, que da acceso a espectáculos en vivo y a un buen número de eventos previos. La subscripción pagada ofrece acceso ilimitado al mejor repositorio de música en la red. (Disponible en inglés y en francés.)

(Enlaces confirmados en junio, 2018)

25 septiembre 2017

San Juan de Puerto Rico, América Latina

Imágenes y una brevísima crónica personal. Volverán los árboles, por sí solos, a llenarse de follaje, y volverán los puertorriqueños, todos juntos, a construir su patria


¿Estará en pie la torrecita que Antonio tuvo en Dorado? Una de sus hijas llora en Guaynabo, de impotencia porque se han roto muchas cosas, se han caído árboles y han volado techos pero, sobre todo, dice ella que no se puede aguantar tantas horas de encierro con ese viento ensordecedor haciendo o deshaciéndolo todo, y ella y muchos puertorros sin saber nada de lo que el ciclón arrojaba, arrasaba, arrastraba. No se puede ir a los espacios abiertos como en los terremotos, sino todo lo contrario: ir a los rincones más protegidos de la casa, si es de cemento y ladrillo, y esperar que los aullidos del huracán se detengan, que no la lluvia. ¿Cómo estará Ponce, la tierra de Jaime, caro amigo?  O Mayagüez, donde viven colegas de antes.

Días antes de morir, en el año 2008, y sabiendo que por vez primera iba yo a visitar a su querida Isla del Encanto, Antonio me escribió: «eres un tipo de suerte... porque ir a Puerto Rico es lo mejor que le puede pasar a alguien. Si no estoy yo, alguno de mis hijos y algún amigo te darán la bienvenida. […] Yo debería estar, obligado, del 10 al 20 de noviembre en Puerto Rico […]. Y ahora me gusta más la idea si vas para allá... y vamos a ver la torrecilla».

Y llegué a Puerto Rico, en noviembre del 2008, a un hotel en plena Plaza de Armas, que ni lo parece pero es muy linda, con glorieta y todo. Caminé durante cuatro días por todo el Viejo San Juan, de canto a rabo («¡No vayas a entrar a La Perla!»), hablando con la gente que se dejaba hablar, yendo a abrazar a los hijos de Antonio que acababan de traer sus cenizas desde tan lejos. ¿Habrá resistido al huracán esa pequeña iglesia de Guaynabo?

Me aquerencio con facilidad, incluso con lugares donde nunca he estado. Es el caso de San Juan, quizá por la canción, que me gustó desde adolescente, porque se dejaba tocar con facilidad en el piano (de mano derecha), y más por sus líneas de nostalgia («Pero mi corazón se quedó junto al mar en mi viejo San Juan») y por el cariño desembozado a la tierra («Puerto Rico del alma»).  También me despertaba gran curiosidad la puertorriqueñidad misma: la cultura, la política complicada y aparentemente sin solución, entre la independencia que ya pocos quieren, la estatización y el status-quo de estado libre asociado.

Una vez allá, no me quedó otra cosa que querer a la ciudad, tratando de absorberla en un fin de semana: gente en la calle, música y baile, salsa, olores, boleros, sol y el rumor del mar que rodea al viejo San Juan.

No hay un solo puertorriqueño que haya pasado nunca por lo que están pasando ahora. No se sabe aún ni cómo ni cuándo se va a empezar a poder vivir de nuevo. Es probable que la ya importante emigración hacia el territorio continental se acelere, por lo menos en el corto plazo. La población de la isla es ahora de menos de 3.5 millones, de los 3.8 millones que había en el año 2000.  Se estima que hay casi 5 millones de puertorriqueños viviendo en tierra firme.

Sí, son bonitos los paisajes, las construcciones antiguas, las playas, calles y plazas; es interesante la historia. Pero cuando suceden estas catástrofes sólo se puede pensar en la gente, la gente boricua que, desde ya, trabaja para superar lo que puede ser el reto más grande de su historia.

Domingo Martínez Castilla


Fotos de San Juan, noviembre del 2008
Instrucciones para ver fotos: 
en cada rostro hay una historia y un futuro que es necesario imaginar; en cada muro hay albañiles; en cada adorno hay una esteta.
(Haga clic en las imágenes para verlas a pantalla completa)



Paseo de jueves, en la Plaza de Armas

Planeando el presente

Tarde de domingo en el malecón, con los nietos
Bailando para todos, Plaza del Quinto Centenario
Cementerio histórico Santa María Magdalena de Pazzi

Vencerán los boricuas. Azulejos en la esquina de calles San José y Tetuán
Grupo escultórico central, Plaza Herencia de las Américas, por José Buscaglia

Puerto Rico y el mar

Fotos por Domingo Martínez Castilla

24 septiembre 2017

Recuerdos de Puebla

La primera vez que supe que existía un lugar llamado Puebla fue en 1960, en cuarto de primaria. El maestro de la clase era un curita cusqueño, ya mayor, de apellido vasco de sólo cinco letras. De ese año escolar, tengo el recuerdo fresco de una canción que el amable sacerdote cantaba, no sé si con nosotros o para nosotros. De esa canción me quedó siempre la música del verso «entre Puebla y Apizaco», que me gustaba canturrear un poco a gritos, y a veces los versos «El tren que corría / sobre su ancha vía», con una historia borrosa de una gran confusión, mucho humor y mucha muerte, pero sin otros detalles, hasta que en el año 2001, creo,  la escuché en la voz de Joan Manuel Serrat. Oí entonces la letra completa, que aclaró mi nublada memoria. Era cierto: mucha muerte, mucho humor, y un título que definitivamente no estaba en mis registros: «La maquinita».

En las décadas siguientes, Puebla se mostró un par de veces, por los campeonatos mundiales de fútbol, y ahí paro de contar, salvo apariciones esporádicas de chinas poblanas y mole poblano.  Puebla de Zaragoza. Puebla de los Ángeles, querida América Latina.

En octubre del 2011 Puebla se me hizo Puebla, con gente, sol radiante, paisajes, olores, cosas antiguas y modernas, accidentes y demás. ¡Seis Días Seis!  Hoy la recuerdo, con su gente, sus colores, sus maravillas arquitectónicas de los últimos dos mil y pico de años.  Ciudad grande y tranquila.  

El terremoto del martes 19 de setiembre del 2017 golpeó duro a Puebla, y me hizo pensar en sus sonidos y sus lugares, sus calles y el accidente con el taxi («¿Está usted bien, jefe?»). Que estén bien.

Oh, el vehículo que conduzco ahora está hecho en Puebla: espero que no corra la suerte de «La maquinita», que se estrelló con un aeroplano, como dice la canción.

De Apizaco aún no sé gran cosa, salvo que está al norte de Puebla.

Domingo Martínez Castilla

Fotos de Puebla y Cholula, octubre del 2011

(Haga clic en las imágenes para verlas a pantalla completa)

¿Seguirán juntos? Zócalo de Puebla

Gente de Puebla, en la América Latina
Hora de descanso, de espaldas al atrio de la enorme catedral de Puebla

Danzantes en la Universidad Popular Autónoma de Puebla

«Bailarina», bronce de de Jorge de la Peña Guzmán, en el Complejo Cultural
de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

En la descomunal pirámide de Cholula, está el templo dedicado a la Virgen de los Remedios.
El terremoto le hizo perder la parte superior de ambas torres,

Fotos de Domingo Martínez Castilla